sábado, 17 de enero de 2015

El esfuerzo hace posible lo imposible


Cuando se sueña en grande, es posible materializar lo imposible. Los inmensos objetivos que uno se propone alcanzar exigen al máximo nuestras capacidades; nos dan la oportunidad de descubrir  hasta donde somos capaces de llegar como individuos y como colectividad.

¿Por qué aspirar sólo a objetivos intermedios? ¿Por qué poner en la propia perspectiva, sueños mutilados por nosotros mismos? ¿Por qué  limitarnos a alcanzar sólo lo mínimo necesario, sólo clasificar,  sólo aprobar,  sólo terminar un evento “decorosamente”?. ¿Por qué no soñamos siempre, en cada jornada, en cada emprendimiento, en el inicio de cada etapa de nuestras vidas, en cada nacimiento; con alcanzar la máxima gloria?

Estos hombres (y otros pocos) nos enseñan a explorar y explotar  al máximo nuestras cualidades, muchas veces escondidas por complejos incubados en siglos de sometimiento cultural que han dejado en estado de coma o tal vez muerta nuestra autoestima. 

Nos muestran que el camino hacia el  éxito, hacia la cúspide, es la férrea disciplina, el esfuerzo máximo y sobrehumano, además del inmenso deseo de superación. Éxito que se traduce en un valor intangible, el más grande que ser alguno pueda experimentar: la satisfacción de ver realizado un sueño, el del deber cumplido y  lo beneficioso que puede ser su esfuerzo para la sociedad.

Mi admiración y agradecimiento a estos valientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario