El 1 de mayo de 1886 fueron ejecutados en Chicago los mártires sindicales que organizaron la revuelta reivindicativa de las ocho horas laborales. Con su lucha insobornable, llevada hasta el sacrificio de sus propias vidas ,le arrancaron al Capitalismo la usura de las interminables jornadas de trabajo a cambio de unos salarios de miseria.
Una de las consignas enarboladas por los trabajadores de entonces fue: "ocho horas para el trabajo, ocho horas para el reposo y ocho horas para el esparcimiento".
Los médicos bolivianos tienen como jornada laboral el tiempo de seis (6) horas; sin embargo por las caracteristicas de la profesión médica, parte del resto de las horas (que deberían ser destinadas al reposo y esparcimiento) tambien son empleadas para el cuidado y tratamiento de los enfermos. Las razones son obvias: luego de la jornada laboral generalmente deben volver al centro de salud a continuar con los controles y la terapeutica, incluso los días no laborables (domingos y feriados). Según la especialidad del médico, se los requiere de emergencias en horas de la noche.
Esta realidad muestra que los médicos trabajan mucho mas de las ocho horas por las que fueron al sacrificio los mártires de Chicago.
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