martes, 24 de agosto de 2010

Agosto, mes de la Pacha Mama

Terminado el ciclo agrícola se dá tiempo al periodo de recuperación a la madre tierra, entra en descanso luego de haber proporcionado generoso alimento a sus hijos.

El hombre andino desde tiempos inmemoriales, se ha esforzado por mantener la armonía con la tierra como un recurso de sobreviviencia; la ha considerado una deidad capaz de infringir duros castigos negandose a  gestar mas vida. Por ello es venerada, respetada y merece todas las gratitudes.
Antes de ingresar a preparar las parcelas, debe recibir en sus entrañas los ofrecimientos brindados y admitir licencias para ser roturada. Agosto  es el período  asequible a su aquiescencia.


En Agosto las apachetas sagradas se convierten en oídos para el dialogo con la pachamama, puertas de entrada por donde los votos inician el viaje hasta sus entrañas. Con las primeras lluvias, nuevas vidas serán fecundadas y éstas brotarán para alimentar, a su vez, a todos los seres que habitan en su regazo.
Esa es la esencia de las ceremonias telúricas de este  mes; en éstas no se pide salud ni dinero, no se ruega por protección para actividades mercantilistas,  ni para faenas de contrabandistas.