Mas días de asueto de lo habitual y recogimiento, convocan a pequeñas travesías por lo alrededores pintorescos de nuestra ciudad; sin duda la región mas concurrida es la del lago titikaka, por la presencia del santuario de Copacabana, a donde llegan miles de católicos por distintos medios de locomoción.
La semana santa no sólo es de recogimiento; es aprovechada para disputar fugaces torneos de futbol en verdes campos, no sintéticos, casi siempre vecinos al Titikaka, repletos de blando césped natural cuya savia se alimenta de las sagradas aguas del lago milenario.
Estas verdes hectárea convocan a futbolistas de todas las edades, género y peso corporal.
Los encuentros futboleros son tan intensos que al fragor de los mismos, los protagonistas pierden la concentración al punto de quedar desorientados en el espacio como en la siguiente imágen, donde parecen preguntarse ¿donde está el arco? o como algun amigo despistado, en plena final de campeonato, exclamó alguna vez ¿"hacia donde llevamos"?
Desde siempre la whipala es la principal encargada de darle solemnidad a estos eventos; pero este año ondea mas orgullosa que nunca estrenando su nuevo título de símbolo del estado plurinacional
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El lago sagrado nos brinda su belleza, dá de beber al sediento y alimenta a quien acuda a ella; por eso no es raro ver al pescador disputando el desayuno a las ch’okas y los patos.
Unos días de aire fresco con 0.033% de CO2 , como se lee en los antiquisimos libros de medicina, son muy relajantes (antiquísimos libros por que los actuales seguramente llevan registros superiores gracias al aporte del "progreso" industrial).
Luego de unas jornadas como las vividas la naturaleza obliga a la retina a recordar que el verde aún existe, al corazón de que aquello tambien pertenece a los nacerán y al cerebro a no asfaltar nuestra fuente de vida.
FOTOS: mi tocayo y yo